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SEMANA SANTA EN AYACUCHO

Por lo general el mundo cristiano empieza a celebrar la Semana Santa desde el Domingo de Ramos. En Ayacucho, sin embargo –y esto es parte ya de su tradición- las celebraciones se inician el viernes anterior, llamado “Viernes de Dolores”, cuando sale en procesión la imagen de la Dolorosa de la iglesia de la Magdalena.

El Domingo de Ramos, muy temprano, tiene lugar la bendición de las flores y las palmas que llevarán los niños al acompañar la imagen de Cristo sentado en un pollino. Esta ceremonia se realiza en la Catedral.

Huamanga-Ayacucho

Ese mismo día, a las tres de la tarde, el pueblo se reúne en la Plaza de Armas para presenciar la entrada del chamizo (paja) –que será quemado en las fogatas del Sábado de Gloria-, traído sobre el lomo de mulas ricamente ataviadas, con brillantes bordados, reluciente platería y alegres cascabeles.

Casi al mismo tiempo, del templo de Santa Teresa sale en procesión la imagen de Cristo sentado en el pollino, acompañada de una representación viva de los doce apóstoles. Al pasar el cortejo delante del atrio de la catedral, el pueblo recibe, a manera de obsequio, una enorme cantidad de frutas, donadas para la ocasión por los comerciantes de la ciudad. El paso de esta imagen despierta la algarabía entre la muchedumbre que demuestra su contento agitando hojas de palmera.

Un aspecto interesante de las celebraciones de Semana Santa en Ayacucho es la activa participación del pueblo, dando la sensación de estar viviendo un drama colectivo en el que la población es uno de los personajes.

Procesiones, ferias, alegría

Las procesiones son, entre otros, un componente esencial en la celebración ayacuchana de Semana Santa. El Lunes Santo, por ejemplo, sale el Señor del Huerto de su aposento en el templo de La Merced. El Martes Santo le toca al Señor de La Sentencia, venerada imagen que inicia su recorrido saliendo de la iglesia de la Amargura.

Mientras tanto, el Miércoles Santo recorre las calles de la ciudad la imagen del Nazareno. Esta procesión parte de la iglesia de Santa Clara y simboliza el camino hacia el Calvario. El recorrido incluye también el encuentro de María con su Hijo, antes de su crucifixión y muerte. El drama tiene lugar en la Plaza de Armas y en las calles cercanas a ella y allí una multitud vive plenamente la representación al calor de velas que titilan, iluminando suavemente el escenario. Poco a poco van ingresando los protagonistas que harán de este drama un espectáculo de impresionante y ardiente fe, en espera del sacrificio de Jesucristo, momento culminante. Ese mismo día recorren las calles, también, las imágenes de la Virgen Dolorosa y de San Juan.

El Jueves Santo tiene lugar en la catedral una misa dedicada a consagrar los óleos. En ceremonia de gran valor simbólico, el obispo lleva a cabo el lavado de pies de doce personas humildes. Al día siguiente, Viernes Santo, en Chupas y Llañupampa, comienzan las ferias regionales, llenas de colorido popular, magnífica ocasión para degustar platos típicos de la región.


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